Continuando la buena costumbre iniciada con Intrusos y La moraga, hoy les invito a leer otro relato que escribí años atrás, aunque parezca escrito ayer al relance de algún hashtag oportunista. Pero, no. Se trataba, eso sí, de mostrar una escena cotidiana a través de un narrador en tercera persona con focalización en el personaje, expresión algo enrevesada pero que se entiende inmediatamente al comenzar la lectura.
Como podrán comprobar, el secreto de nuestra protagonista bien merece nuestra complicidad como lectores.
Sin más preámbulos, les dejo que hagan clic en su enlace esperando que lo disfruten. ¡Buena lectura!