Sí, ya sé lo que están pensando: otra historia de zombis. Pues sí… Y no. Guerra Mundial Z cuenta con el privilegio de ser seguramente la novela que más me ha sorprendido (gratamente) en los últimos años. Y es que, como casi todo el mundo, llegué hasta ella sin muchas expectativas y con la sensación de que me iba a encontrar con más de lo mismo. Eran los años de la televisiva The Walking Dead, que había abrazado con entusiasmo al principio y abandonado con hastío varias temporadas después de su estreno. Además el género de los muertos vivientes nunca fue de mis preferidos. Y entonces, no recuerdo cómo ni por qué, di con la novela de Max Brooks.
El autor (hijo del célebre director de cine Mel Brooks) enfoca la novela como una serie de historias que un funcionario de Naciones Unidas va reuniendo mediante entrevistas por todo el mundo para redactar un informe que arroje luz sobre la llamada guerra zombi: cómo empezó, su desarrollo y qué esperar de cara al futuro. Eso le otorga una pátina de reportaje periodístico que le va de perlas y que permite al autor desviar el foco hacia caminos no habituales en el género: las pandemias, las nuevas formas de guerra, la gestión de refugiados, etc.
En 2013 se estrenó una entretenida película palomitera (a mayor gloria de Brad Pitt y su media melena) que, aparte del título y la presencia de zombis, poco tiene que ver con la novela. Ésta va mucho más allá en todo y representa una mirada fresca y diferente a un género sobreexplotado y en el que demasiado a menudo sobra casquería y falta originalidad.
En definitiva, Guerra Mundial Z es una buena novela que disfrutarán incluso quienes no sean fans de los zombis. Pueden hacerse con ella en el siguiente enlace:
¡Buena lectura!